MELCANTZ

Enero 2022

Por Highlights Magazine

Un mensaje de whatsapp que dice “entra” da el pase al taller de MelCantz, mismo que alimenta la magia que ya trae consigo. El golpe de confianza es tal que se siente un poco la inseguridad de entrar o no por miedo a estarse equivocando de sitio y sorprender a alguna familia merendando algo a estas horas de la tarde, con el sol cayendo sobre los cerros del poniente de Monterrey. El lugar tiene esa vibra necesaria para crear y desarrollar cualquier arte.

<<Me llamo Melissa vato, y Mel estaba muy cortito como para ponerme Mel a secas, y me apellido Vázquez y el Vázquez no me caga, pero equis. Mi papá es compositor, y el vato para registrar sus canciones se apuntaba Petro Cantz, como su mamá que era Pastora Cantillo y el abreviado de Cantillo es Cantz. Por eso me puse MelCantz como un solo nombre y no nombre y apellido>>. El acento que caracteriza al norte del país, aunado a la forma directa de decir las cosas transmiten de inmediato sinceridad de la persona, y también como toda persona, tiene un origen el porqué de su presente, el cual no duda en relatar. <<Mi papá es infantil y norteño (música). Me adentré por mis papás, de morrilla me hicieron un disco, de infantil, a los cuatro años. No sabía leer todavía, me ponían las rolas que me tenía que aprender con la voz de alguien más y yo me las aprendía así. Pensé que a todos los niños les pasaba eso, que era normal, o no normal, pero mi papá siempre se ha dedicado a la música y en la casa teníamos la sucursal de una compañía disquera que estaba en Atlanta, Georgia. Movíamos grupos de México para que fueran a Estados Unidos para surtir el mercado americano de la música latina (99-2000). El jefe (papá) siempre estuvo metido en eso. Conviví con músicos desde muy chiquita, se me hacía normal, normal; pensaba que todas las casas tenían familiares músicos, en todas las casas había instrumentos. Una maestra del kinder fue y les dijo “Melisa canta todo el tiempo en el kinder, quiero ponerla a cantar en el festival de primavera, quiero saber si le dan permiso, porque va a ser ella sola, frente a todo el kinder”, mi papá fue de que “¡¿Cantas?! ¡¿cantas?! ¡¿cantas?!” Mis papás van a verme al festival del kinder y mi papá dice “me gusta el dinero” como Don Cangrejo (personaje de Bob esponja)>>.

Melissa Cantillo, MelCantz, no se guarda nada de su interior al momento de escribir sus letras.

De las paredes cuelgan infinidad de dibujos, stickers y cuadros que transmiten su mensaje de una forma directa, con colores intensos y llamativos. Así mismo, MelCantz refleja algo de esto en su personalidad y con la seguridad de esos colores identifica su pasado y de donde viene todo, el cómo comenzó todo <<Pa’ hacer bisne, no tenían idea de que yo cantaba. Como a los nueve años le pare, porque no quería cantar lo que me ponían a cantar, yo quería cantar rock. No tenía problema con que me pusieran a cantar música infantil, pero yo no quería el ritmo que me daban, estaba muy pardo. Le sugería (a su papá) hacer música tipo Floricienta, y no le gustó la idea>>. Identificar el destino es el inicio para dar los pasos con seguridad, hacia la dirección que queremos. <<Era muy complicado, mucha gente va a decir “No mames, pinche morra, pues ponte a cantar lo que te dicen”, pero era muy complicado para mi cantar lo que me decían por qué. Ya sentía la necesidad de hacer lo mío, ya tenía algo para decir o ya tenía algo que plasmar, y mi papá no tenía esa visión para mí, era como el papá de Luis Miguel básicamente>>.

Una vez iniciado el camino del autoaprendizaje era el momento de la verdad, de aplicar lo aprendido hasta el momento en los nuevos escenarios. Pero quien trae hambre de triunfo a cualquier callejón le encuentra salida y MelCantz sabía que no había vuelta atrás. <<Como a los 16-17 años retome la música; me embaracé a los 15 y el papá de mi niña estaba en un grupo villero; a los 15-16 yo ya había grabado con los compitas del barrio, pero nada más había hecho una rola, un coro; a los 17 entré al grupo de cumbia haciendo segundas y luego ya tocando la guitarra. No era buena, no le sabía bien a mi guitarra. Aprendí básicamente sola, mi carnal tocaba la guitarra, pero el vato como que no tenía muchas ganas de que yo aprendiera o también la dudaba, eso siento yo, tal vez. Me enseñó tres tonos y de ahí ya no me volvió a enseñar nada. Mi papá me enseñó a cantar: distancias de micrófono, tienes que cantar así, agarrar el aire en tal lugar, lo básico. Hacía lo que me decían, no era como que aprendiera mucho, aprendí literalmente autodidacta, al final, a la hora de los vergazos se te olvida lo que dijeron (risas)>>.

La falta de apoyo o interés por parte de su familia no fue impedimento para que siguiera desarrollándose dentro de la música. Las canciones que escribe sin duda le sirven como catarsis para sacar lo que trae dentro; las letras pueden ser un reflejo del alma. <<Lo que canto regularmente lo escribo yo. Lo chido de trabajar con Cheto (Bobi Bozman) es que me dice “Es una rola así”, y yo puedo escribir eso, ¿sabes? A veces yo tengo el tema, a veces él tiene el tema. Ahora que he estado haciendo colaboraciones con diferentes estudios y con otras personas haciendo diferentes productos, como estar trabajando con Abismo, pues también tenía una guía ahí. En realidad yo soy bien chilera, por mí tendría una cámara y me grabaría aquí en mi casa; sacando singles, videos en corto, sí pudiera sí escribiera así, pero no tengo mucho tiempo. Pero al momento de escribir, creo que escribo rap por enojo, o porque de esa manera me fluye mejor lo que siento de verdad. Igual y hago rolillas que no son para mí. He escrito rolas de historias de mi suegra, he escrito rolas para mi jefa, como si lo viviera yo, o amigas. Mi mejor amigo cada que le pasa algo me cuenta que le pasa para que le haga una rola y pues si me la aviento porque soy empática, ¿sabes? Puedo escribir en cualquier estado de ánimo, pero tengo que escribir la verdad, es como fluya. Por ejemplo, hice una rola que voy a sacar en enero- febrero, se llama Like a shit, estaba bien cagada cuando la escribí y ahora que la escucho digo “Ah no mames, pinche morra cagada” (risas)>>. La verdad en los textos ante todo.

MelCantz refleja su personalidad intensa en su persona y el ambiente que la rodea.

El esfuerzo de las horas y horas en ensayos y presentaciones a través de los años, en todo tipo de escenarios, ha comenzado a traer frutos y es una muestra de que el esfuerzo es lo que hace que una pasión se convierta en nuestro estilo de vida. <<También hago hueso, por ejemplo, vendo coros. Sé que hay bandita que le gusta escribir y a veces no se le da muy bien la onda melódica y no tengo falla, porque lo puedo hacer desde aquí. Ese es el rollo, que no tengo mucho tiempo, si tuviera suficiente tiempo pues igual y podría seguirle dando a hacer cosas así de extensas con otros artistas, eso me mama un chingo, pero ya no tengo el tiempo realmente, por eso escribo aquí. Cuando tengo oportunidad voy al estudio, grabo, Cheto me edita, me lo manda y yo lo puedo subir>>.

Su último disco, inalCANTZable, vio la luz hace pocos días.

Sin duda alguna MelCantz no puede dejar de hacer música. Como ella misma dice, en los últimos años de su vida se ve aun cantando, tal vez canciones para niños, comenta. Si esto le ha traído buenas cosas, se vislumbran aún mejores en esa inquietante travesía dentro de la música. Lo que es seguro es que siempre trae cosas buenas y que mientras haya quien hable desde adentro siempre habrá quien quiera escuchar lo que tiene para decir. <<Conocí a mi esposo cantando, hice mi familia en torno a la música y se me hace chido, me ha dejado experiencias. Siempre he pensado que Monterrey no come Monterrey. Si alguien quiere sobresalir aquí tiene que irse a otros lados, sobresalir allá y entonces de ahí lo van a traer para acá. Eso es lo que pienso, no creo que sea una verdad absoluta tampoco, pero es lo que siempre he pensado. Hay banda que está jalando bien machín, hay banda como tú y como yo, que a la forma que podemos y en la media que podemos le entregamos un poco de nosotros al arte, y si eso sigue existiendo este pedo va a seguir creciendo y fluyendo como la vida misma, que crece, florece y cambia. Tal vez no seamos nosotros, tal vez no sean nuestros hijos, pero en algún momento el arte y la paz van a ganar, ¿no?. Que no pare el arte>>.

Y con esas palabras que resuenan en la cabeza salimos al exterior, con el azul de la tarde que lentamente la transforma en noche, emprendiendo nuevamente el camino, para perdernos, una vez más, entre los cruces de las viejas y cotidianas calles de Monterrey.

SIGUE A MELCANTZ EN SUS REDES Y ESCUCHALA EN TODAS LAS PLATAFORMAS DIGITALES

DESCARGA LAS EDICIONES ANTERIORES

ENERO 2021

4.7 MB

FEBRERO 2021

7.4 MB